El uso de hierbas es vital cuando cocinamos nuestros Remedios Culinarios. Además de aportar intensos sabores, la mayoría de las hierbas tienen algún tipo de propiedad o función para el cuerpo humano. Tan relevantes son, que antes de tener la medicina occidental que conocemos hoy en día, se utilizaba la medicina herbolaria. Qué conveniente poder sanar malestares con materiales que podías encontrar en tu jardín. Actualmente, esta tradición de medicina de hierbas sigue presente en formas homeopáticas, o formas de tradición cultural, como usan los curanderos o las brujas, como nosotras.
El huerto de La Bruja no deja de bendecirnos durante el año con hierbas de todo tipo, y a veces necesitamos secarlas para poder usarlas en las siguientes temporadas. Así que si tu también eres entusiasta de las hierbas, ya sea que vengan de un huerto o de un supermercado, sigue leyendo. Revelaremos nuestro truco para conservar por un largo tiempo la magia de las hierbas. Y si, las brujas no somos envidiosas como los magos, nosotras si sabemos compartir los trucos.
MÉTODO 1: Colgarlas hacia abajo.
Este método funciona mejor con hierbas que no contienen mucha humedad como es el romero, tomillo o mejorana. Lo primero que hay que hacer es enjuagar la hierba y secarlas con una toalla o trapo. Hay que quitarle las hojas descoloradas o maltratadas. Escoge un lugar seco y cálido donde puedan colgar las hierbas, la temperatura ideal es alrededor de 20ºC. La hierbas conservan mejor su color y sabor cuando se secan en interiores, por lo tanto, lo recomendamos.
Cada ramo de hierbas a colgar tiene que tener suficiente espacio para que entre el aire, y así evitar que le salgan hongos. Nosotras los anudamos con mecate y las colgamos de ganchos, pero aquí hay libertad creativa y tu puedes colgarlo de cajones, ganchos, repisas o lo que consideres mejor. Dependiendo de qué hierba es, el tiempo para que se sequen es de 1 a 3 semanas. Sabrás que están listas cuando se desmoronen entre tus dedos.
Para guardarlas lo ideal es separar las hojas de las ramas con los dedos, y almacenarlos en un contenedor sin aire en un lugar cálido y seco.
MÉTODO 2: Microondas.
Para las hierbas con mayor humedad como la menta y la albahaca, este método es el más eficiente. Sólo tienes que colocar las hojas limpias y secas entre 2 toallas de papel sobre un plato. Deberán meterse al microondas y calentar en ALTO por un minuto, y agregar otros 30 segundos hasta que las consideres listas.
MÉTODO 3: Flores y bulbos.
Para secar flores pequeñas como es la lavanda o la manzanilla, sólo hay que cortar las flores del tallo y ponerlas sobre una superficie plana forrada de toallas de cocina con luz indirecta. Para flores más grandes como las rosas, hay que separar los pétalos y colocarlos uno por uno sobre la superficie. Es importante que cada flor o pétalo tenga su propio espacio, sin amontonarse. También se tienen que revisar varias veces al día y voltearse para que los dos lados se sequen igual.
MÉTODO 4: Deshidratador.
Si tienes un deshidratados de alimentos, es una gran opción para secar todo tipo de hierbas. Antes de usarse, las hierbas se tienen que lavar, secar, y colocar en la charola de hierbas. Por lo general, se utiliza una temperatura de 46ºC y toma de 1 a 4 horas.
Las hierbas preservadas tienen más sabor que las frescas, por lo que se tiene que considerar en las recetas usar de 1/3 a 1/4 de hierba seca por hierba fresca. Si además la trituras antes de consumir, en vez de antes de guardarse, tendrá más sabor. Para nosotras, más es mejor, pero lo dejamos a discreción de la cocinera o cocinero.
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